8 tipografías para morir de amor

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Por fortuna aún hay gente apasionada por el mundo. Gente que ama a algo o a alguien, pero de verdad. Tanto que cuando habla (y cuando escribe) se le nota mucho. Seguro que conoces a…

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Por fortuna aún hay gente apasionada por el mundo. Gente que ama a algo o a alguien, pero de verdad. Tanto que cuando habla (y cuando escribe) se le nota mucho. Seguro que conoces a mucha gente así, otra cosa es si eso que les apasiona merece la pena, o es más bien el nuevo tronista de Mujeres Hombres y Viceversa.

Ese último no es el caso de nuestra invitada para este Ocho: Ana Moliz. Ella es diseñadora, amante apasionada de la tipografía y de todo lo que tiene que ver con las letras, los números y los glifos escritos. Cosas, todas ellas, que molan más que un chatungo cachas.

Ana trabaja todos los días en Brigada Estudio, el rinconcito para hacer diseño que fundó junto a Vicente Ortiz. Además de diseño,  ha estudiado Historia, diseño de interiores, infoarquitectura, 3D y producción audiovisual. Lo que viene siendo aburrirse muy poco y aprender muy mucho en la vida.

Como, además de todo eso, es un ser genial, nos ha hecho un regalo enorme. Un post en el que nos abre las puertas de su corazón, un corazón con sitio para ocho millones de tipos o más.

Ana dixit:

8 tipos para morir de amor

Soy una apasionada de la tipografía, quien me conoce lo sabe. Y una de las cosas que más me atraen a la hora de trabajar con letras es la precisión que requiere. Una mala decisión en la elección de una tipografía puede echar por tierra todo un proyecto. Andreu Balius, uno de los tipógrafos españoles más prestigiosos por el que siento gran admiración, lo explica muy bien: «Escoger una determinada tipografía para aplicar a un determinado proyecto es una de las labores que acostumbra a marcar la distancia entre un diseñador gráfico y un usuario de ordenador».

A la hora de afrontar un nuevo trabajo, empiezo siempre por la elección de las tipografías, antes que por cualquier otro elemento y, lógicamente, siempre teniendo en cuenta aspectos del proyecto como el medio de reproducción, cantidad de texto, público al que va destinado, etcétera. Soy muy meticulosa, tengo las tipografías ordenadas por categorías y sub-categorías (ahora estoy empezando a ordenarlas por fundiciones). El maestro Massimo Vignelli solía decir que no usó más de tres o cuatro tipografías en toda su carrera. Yo, en mi gestor tipográfico, tengo algunas más y, por supuesto, mentiría si dijera que no me guardo bajo la manga mi particular póquer de ases: Akzidenz Grotesk, Futura, Gotham y Avant Garde.

Afortunadamente, el mundo tipográfico pasa en la actualidad por días de esplendor y no es difícil encontrar nuevas fuentes tipográficas de gran calidad. Estas ocho, son lo que son: mi opinión personal. En ella hay una mezcla de subjetividad, algunos conocimientos técnicos y mucho de apasionamiento. Ocho descubrimientos tipográficos que me produjeron el famoso efecto Oh, my God!

1. Aperçu, de la fundición tipográfica Colophon, es una sans serif geométrica resultado de fusionar tipografías clásicas como Johnston, Gill Sans, Neuzeit & Franklin Gothic. Me fascina, sobre todo en su implementación web. Muy idónea para diseños limpios, el resultado es fresco y muy vivo.

2. La Atlas Grotesk, de Commercial Type, es una evolución de la Munich Re Sans. Otra sans serif, pero esta vez neogrotesca, inspirada en las sans serif de los años cincuenta. Entre sus características más llamativas posee unas ascendentes largas y descendentes más cortas, lo que la convierte en una tipografía muy legible y apropiada para cuerpo de texto. Además tiene una compañera, la Atlas typewriter, una dupla perfecta. Para amantes de las grotesk, pero que busquen un toque nuevo.

3. Colroy, del estudio de diseño de tipos suizo Nouvelle Noire, es una slab serif de estilo inglés, inspirada en la Clarendon, con esa característica unión redondeada entre los trazos y las serifas. Resulta perfecta para cuerpo de texto y, además, tiene un cursiva que es toda una belleza. Las slab serifs como esta han sido siempre mi debilidad.

4. Newzald, de Klim Type Foundry, que es una de mis fundiciones preferidas de la vida. Esta tipografía, de armoniosas serifas, ligeramente condensada, es delicada, la elegancia personalizada, un caramelo para el diseño editorial.

5. Septima, de RP Digital Type Foundry, es una tipografía monoespaciada, de un solo peso, con soporte para 23 idiomas, además de cirílico. Soy muy fan de los diseños con este tipo de letra, no sé si porque me recuerda a las máquinas de escribir o por ese cierto aire retro.

6. Pressura, de la suiza Grilli Type, otra de mis fundiciones favoritas, que, según afirman, diseñan tipografías contemporáneas, pero sin perder nunca de vista la tradición suiza. La Pressura me enamoró desde el primer momento en que la vi, un flechazo en toda regla, y más aún si cabe, cuando me enteré de que estaba basada en las tipografías estampadas de las cajas de envíos. A pesar de ser de proporciones grandes, las líneas redondeadas le dan mucha calidez y mucha potencia. Una tipografía de fuerte personalidad, salta a la vista.

7. New Paris, de Swiss Typefaces, es una tipografía versátil por sus dos versiones, con y sin serifa. Resulta perfecta para una revista o marca de moda. Algunos caracteres como la “g” son de una enorme sutileza. Además, cuenta con una serie de alternativas estilísticas que resultarían muy apropiadas para titulares o imágenes corporativas.

8. Quixote. Para terminar, he elegido una tipografía española, muy española y, además, obra de un diseñador muy especial. Quixote es una tipografía del gran de Íñigo Jerez, del que me declaro totalmente «grupie». Toda su obra me parece monumental, pero esta tipografía barroca me fascina particularmente. Como él mismo afirma, «ésta no es la tipografía de El Quijote, sino un proyecto tipográfico para expresar el estilo y trasmitir a los lectores el espíritu de la obra cervantina”. Muero de amor. Repleta de contrastes, cada carácter posee alegría propia, te puedes hacer un póster con cada una de las letras. Además, debido a la fuerte personalidad de cada elemento, las composiciones de palabras ofrecen conjuntos armónicos muy hermosos. Una obra maestra.

Y todo lo que queda por aprender…

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