¿Cómo será el diseñador del futuro?
Si Marty McFly viajó 30 años en el futuro para salvar a su familia… ¿Por qué nosotros no íbamos a hacer lo mismo para saber cómo será nuestra profesión dentro de tres décadas? Hoy nos marcamos un Zemeckis y nos inventamos el futuro.
Hace 30 años desde que se estrenó Regreso al futuro, la película en la que Marty McFly viajaba al pasado. ¡Felicidades! Pero no es lo único que hoy recuerdan los fans de la mítica trilogía. De hecho, eso es justamente lo que menos se recuerda… Y es que, 4 años después de la primera película, Robert Zemeckis rodó la secuela en la que McFly viajaba justo a hoy, al 21 de Octubre de 2015. Lo cierto es que Zemeckis nunca quiso rodar esa secuela ¿Que por qué? Pues porque decía que todas las películas que transcurrían en el futuro, nunca nunca nunca acertaban con él.
¿Por qué no intentar predecir cómo será el diseñador del futuro?
¡En una cosa sí que acertó! En que tenía toda la razón del mundo: ni monopatines voladores, ni hologramas en 3d en las puertas de los cines anunciando Tiburón 19 (de esto hay que dar gracias a Dios y a Spielberg), ni mini-pizzas que se hacen grandes en el horno y, tristemente, aunque esto si hubiese molado más, la «reina Diana» nunca llegó a serlo. Pero Zemeckis se arriesgó, aunque fallara más de lo que acertó. Así que por eso nosotros nos hemos dicho… ¿Por qué no intentar predecir cómo será el diseñador del futuro?
¿Estamos listos? ¡Súbete al Delorean! ¡Nos vamos a 2045!
1. El diseñador del futuro seguirá llevando pelo en la cara
Esta moda no va a pasar. El pelo en la cara, ya sea en forma de barba de naufrago, bigote ridículo, perilla carcelaria o pelusa extraña, seguirá en la cara de todos los diseñadores del mundo. Además los avances en implantes capilares permitirán a los lampiños entrar a formar parte de lo que en el futuro será la élite de los países: los diseñadores.
El método ya está en desarrollo: usar orín de gato y pelo de rata como nos muestra aquí mi primo.
2. El diseñador del futuro cobrará el 100% por adelantado
En 2045 los diseñadores cobrarán el total de su factura antes ni siquiera de pensar en lo que van a hacer. Recibirán emolumentos por sus servicios mayores que los de un dermatólogo en consulta privada. Y lo mejor es que, al entrar en los bancos, nuestras cuentas tendrán tanta «panoja» que sonarán fanfarrias y los directores e interventores irán haciendo reverencias a nuestro paso a la voz unísona de: «lo que vuecencia desee».
Joven diseñador indio con sus creaciones al fondo hace una demostración ejemplar de nuestro futuro.
3. El diseñador del futuro tendrá una jornada laboral reducida de 25 horas
Como medida compensatoria por todos los años donde la diferencia entre domingo y lunes era que un día iba después del otro, los diseñadores, por convenio, no trabajarán más de 25 horas a la semana y se podrán quedar en la cama los días de lluvia, nieve, huracanes, tornados… (bueno eso si eres freelance ya lo haces, pero ¡Joder, qué menos!)
¡Correcto! el bulto de arriba es el diseñador «tapaico» hasta las orejas, el redondo del centro no tenemos información. ¡Ah! y como ves la casa entera de un diseñador del presente será la mitad del dormitorio de uno del futuro.
4. El diseñador del futuro no competirá con sobrinos preadolescentes con Photoshop
En el futuro, ningún cliente podrá decirte eso de: «pero si esto lo hace mi sobrino que tiene Photoshop». Ya se ha empezado a erradicar este mal educando a los adolescentes en el respeto a esta maravillosa disciplina. Es cierto que el método que se está utilizando en estos momentos está por pulir y nos parece radical e innecesario, pero ya se sabe que cualquier avance necesita en su origen un retroceso.
A la izquierda de la pantalla diseñador junior y a la derecha adolescente imberbe que realiza el trabajo más rápido y mejor. Solución: Game OVER.
5. El diseñador del futuro sólo realizará un cambio al trabajo presentado
Se acabarán los cambia, quita, pon, mueve, no me gusta, más grande, más grande, qué chico, arriba, abajo, izquierda, derecha, un, dos, tres. El diseñador del futuro sólo hará un cambio al trabajo presentado por contrato. Y si se le solicita algún otro, puede acabar de forma unilateral con la relación mercantil. Lo mejor: que si bien recordáis hemos cobrado el 100% por adelantado.
Si nos cabrea algo, a tomar por culo el Mac, pues recuerda que el dinero dejará de ser un problema para nosotros.
6. El diseñador del futuro sólo hará trabajo que les satisfagan
Cuando recibamos un brief de un cliente podremos decidir si lo hacemos o no lo hacemos sin estar pensando en cómo pago la luz y cómo pago internet y cómo pago la licencia de Adobe y cómo como.
Si en el 2045 estás en el nivel top de los diseñadores, ya no tendrás ni siquiera que leer el brief.
7. El diseñador del futuro tendrá absoluta impunidad ante personas que no entiendan a qué te dedicas
En años venideros ya no tendremos que explicar en qué consiste nuestro trabajo y si algún «retra-osado» salta con eso de: «ah, tú eres el tiillo que hace los dibujitos, mi primo chico…», si eso llegase a pasar, gozaremos de la misma impunidad que un diplomático.
Aquí vemos a la izquierda a un diseñador que le muestra en la otra mano un dibujito a un insensato de la vida.
8. El diseñador del futuro será un súper héroe, nivel puto amo
Crearemos tendencias, instauraremos los nuevos modelos y estilos de vida y lo mejor de todo tendremos poderes aún por determinar.
Si la cosa se pone fea el diseñador del futuro (se reconoce claramente por la barba) podrá estar en grandes altercados sin agredir a nadie y sin que nadie le agreda. ¡El recopetín!
El 2045 queda lejos. En 30 años puede pasar de todo o nada en absoluto. Nosotros esperamos acertar algo más que el bueno de Robert. Es más, con que se cumpla la 5 y la 8 ya nos va valiendo. Eso sí, si no se va a cumplir nada, al menos que no se nos quede la cara de Macaulay Culkin.
¡Con lo bonico que era este zagal hace 30 años!