Janne Iivonen y el dibujo que huele a Tintín

Todo el mundo que hoy se dedica a crear, vio, oyó o leyó ayer lo que otros creaban. Es inevitable. Aún más cuando eres ilustrador y, como todo buen niño que se precie, te pasas la infancia viendo dibujos animados y leyendo cómics y tebeos. Algo siempre queda y a Janne Iivonen le quedó. Y si no leía a Tintín, lo disimula bastante bien.

¡Fíjate! Esas narices que salen de la cara como si fueran pequeños bastoncillos, el uso del trazo negro… ¡A veces hay hasta flequillos a lo Tintín por algunos sitios! Pero no, Janne Livonen no es el nuevo Hergé. Ha sabido imprimir su propio estilo al dibujo e imprimirle a la contemporaneidad necesaria para dedicarse a eso de la ilustración editorial.

Janne Iivonen no es el nuevo Hergé, ha sabido imprimir su propio estilo al dibujo

Al margen de las situaciones en las que vemos a los personajes, que poco tienen que ver con las aventuras del dueño de Milú, pues estos personajes van a cenar al japonés, consultan Internet en su portatil, o van al psicoanalista para tratar su estrés; las ilustraciones de Livonen presentan personajes con una estructura corporal mucho más estilizada, un uso del trazo bastante más limpio y unas paletas de color de las que dan envidia.

Finlandés de nacimiento y británico de adopción, este dibujante está representado por la agencia MP Arts. Ella es la que gestiona sus trabajos para clientes como The Guardian, The Times, The New York Times, Wired, Heineken o EasyJet (y esta es la lista así ligerita sin entrar en mucho detalle).

Y es que… ¡Así sí! ¡Como Janne Iivonen sí! Toma tu referente, inspírate, copia un poco, mezcla con otras cosas, mezcla con tus cosas, dale tu rollo, cuida los detalles, trabaja mucho y llega alto.