Rebranding: el secreto de la eterna juventud

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Aunque te vistas de adolescente problemático, te peines con gomina el tupé o te pintes los morros de rojo… ya se te notan los añitos. ¡Acéptalo! El tiempo pasa y los años son así. Aunque puedes consolarte pensando que a veces sumar años es bueno, sobre todo si hablamos de marcas.

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Los años no perdonan. Con el paso del tiempo todo va envejeciendo. No hace bien a nada ni a nadie, excepto al vino y a Jordi Hurtado. Excluyendo estos prodigiosos casos, con el paso de los años siempre vienen bien unos retoquitos, unos ajustes por aquí y unos ajustes por allá. ¿Qué no? Pues que le pregunten a Ana Obregón. ¡Qué pena que ya no veamos esos míticos posados en la playa!

Pues eso… que al igual que cualquier famosillo pasa por quirófano para ajustarse algunas cosicas, las marcas también deben ir actualizándose acorde a cada época. Unas líneas más definidas, más redondeadas quizá, unos colores más modernos o un cambio en la tipografía.

Esto es el denominado rebranding. Todas las marcas consolidadas pasan por quirófano para adaptarse a nuevos tiempos. Eso sí, unas con un cambio a mejor y otras a peor.

Puede parecer bastante exagerado pero… los diseñadores tenemos un gran poder escondido. ¿Dónde? Pues justo en la punta. En la punta de nuestra varita mágica es donde tenemos el poder de actualizar, de modernizar, de desempolvar recuerdos, de marcar unas pautas sociales e incluso de sembrar unos estereotipos físicos. Y justo de este último punto venimos a hablar hoy.

¿Te has fijado que muchas marcan han ido adelgazando y/o embelleciendo su imagen a lo largo del tiempo? Veamos las marcas que se han consumido al pasar por quirófano.

1. Rebranding de Cruzcampo

 

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La marca Cruzcampo nació con la imagen del Templete de la Cruz del Campo de Sevilla, donde tuvo su fábrica durante más de un siglo, y posteriormente con la figura rechonchica (ahora no tanto) del Gambrinus.

 

2. Rebranding de Gigante Verde

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El Alegre Gigante Verde (Jolly Green Giant) era un muñecote con colorinchis y bastante feote allá por el año 1928. Desde 1950 ya es un señorcico grandote, de piel verde y que viste con traje hecho de hojas. Sí, un revolucionario como Lady Gaga ¡pero en vegano!

 

3. Rebranding de La vaca que ríe

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La vaca que ríe se conserva increíblemente bien porque tiene nada más y nada menos que 92 años. Así es, fue el dibujante e ilustrador Benjamin Rabier quien creó el personaje por primera vez. Desde entonces prevalece, eso sí, con bastante quirófano.

4. Rebranding de Cervezas Victoria

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En 1937 apareció un cartel publicitario que mostraba un señor calvo y sonriente con una cerveza Victoria. Era un típico turista alemán sentado en una mesa con un sombrero Panamá en la mano secándose el sudor de la cabeza.

Esta imagen se convirtió en todo un icono para la ciudad de Málaga, alcanzando su auge en 1960 y durante el boom turístico de la Costa del Sol. Actualmente la imagen se mantiene como parte adherida a la marca.

5. Rebranding de Pringles

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Seguro que conocéis a este pequeño bigotudo pero nunca os han presentado. Si le preguntáramos seguro que nos contestaría: «Mi nombre es Pringles, Julius Pringles». Julius es su nombre y su apellido es uno de los más conocido en el mundo.

 

6. Rebranding de Michelín

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Si hablamos de Bibendum posiblemente no os suene, pero si hablamos del «muñeco de Michelín» la cosa cambia. Y es que de todas las marcas que existen, ésta es una de las más conocidas.

Nació en 1897 de la mano del ilustrador Marius Rossillon. La idea surgió del creador, André Michelin, quien dijo que sus ruedas se tragaban los obstáculos. Así que ¿porqué no? Rosillon dibujó el primer cartel con un hombre formado por neumáticos y brindando con una copa. El eslogan era «Nunc est bibendum», algo así como «ahora es tiempo de beber». Casualmente la palabra Bibendum se colocaba muy cerca del personaje por lo que se asoció la palabra se acabó asociando a su nombre.

 

Y hasta aquí nuestro post sobre marcas famosas que han pasado por quirófano. ¿Y tú qué opinas? ¿Estás a favor de la cirugía corporativa?

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