8 pasos para presentar una marca a un cliente
El momento de presentar una marca provoca siempre una situación tensa. Un momento complicado entre tú y el cliente, como en una primera cita. Para que puedas relajarte al presentar una marca te enseñamos los 8 pasos para que te salga fetén.
Seguro que sólo de pensar que tienes que hablar con un cliente te entran sudores fríos, y más cuando se trata de presentar un trabajo. Es como una primera cita: ¿le gustará? (puede), ¿me pedirá cambios? (seguro, aunque le encante), ¿habré acertado con el color? En ese momento te surgen un montón de dudas. Por mucho que creas que es la mejor marca que jamás has hecho, un cliente siempre es capaz de hacerte perder la confianza.
¡No sufras más! Hoy te vamos a enseñar a mantenerte firme ante el cliente afilando bien tu mejor arma: tu propuesta, LA PROPUESTA. No sabemos si se quedará con ella al cien por cien, pero al menos haremos que luzca sus mejores galas y lo dejes más que impresionado, y por qué no, conseguir una estrellita en Behance.
1. Crea expectación
Al presentar una marca debes recordar que no solo presentas un logotipo. Estás presentando la identidad completa de toda una empresa, la de tu cliente; es la imagen que le va a representar durante un largo periodo de tiempo (esperemos que eternamente, con sus revisiones necesarias) y es una pieza crucial en su negocio.
Para eso estás tú, para recordarle que su marca es tan importante como el tiempo que invirtió decorando su local, eligiendo las sillas o como el mimo con el que trata su producto. ¿Cómo hacemos eso? Nunca está de más volver a enseñarle al cliente lo que el cree que es más importante en su negocio (su local, sus productos…). Utilizaremos la fotografía para situarlo en ese elemento del que se siente tan orgulloso y para devolverle ese sentimiento. Aprovecharemos, a la vez, para contar como ese espacio o esos productos, te han servido de inspiración para crear lo que está apunto de ver.
2. Explícate lo mejor posible
A la hora de presentar una marca hay que ser breve, pero explícate un poquito. Describe un poco el briefing para refrescarle al cliente que es lo que ha encargado, porque puede que en este punto lo haya perdido un poco de vista y entre en el bucle de ‘esto no es lo que yo quería’, ‘me esperaba otra cosa’. Para que eso no ocurra no está de más que el cliente recuerde que es lo que encargó, y seguidamente le cuentes cómo has afrontado tú el el trabajo y así vea que has tenido en cuenta sus palabras (eso siempre les gusta). Así que, aunque de forma breve, sienta las pautas de en que has estado trabajando las últimas semanas como si fueran los 10 mandamientos.
3. Enseña lo bonito que te ha quedado
Ahora sí, ya es hora de enseñar lo que has hecho en todo su esplendor. Muestra tu marca bien grande. ¡Que luzca! Recuerda dejar el suficiente aire a su alrededor para que sea el centro de todas las miradas. Puede ser una buena opción el plantar la marca encima de una imagen buena, bonita y bien grande, que evoque esos valores que debe transmitir el logotipo o, si no lo ves claro, añadir unas textura o una tramita chula para complementar a tu protagonista.
4. ¿De dónde vino la idea?
¿Recuerdas cómo llegaste a esa conclusión que se ha convertido en la marca? ¿Ese momento en el que te inspiraste, lo viste claro, te visitaron las musas y se te ocurrió de dónde partir para empezar a crear? Haz memoria y cuéntale al cliente que no fuiste tocado con una varita mágica divina, si no que tu trabajo es el resultado horas y horas de pensamientos, planteamientos y trabajo. Demuéstrale que su marca no es sólo un dibujito y/o su nombre escrito con cualquier tipografía. Si su marca fue diseñada con cabeza, justifica cómo llegaste a esa conclusión. Si acertaste con el concepto y partiste de una buena base, ese logotipo ya tendrá un rinconcito en el corazón de tu cliente.
5. Demuestra el curro que te has pegado
A la hora de presentar una marca no es fácil justificar la creatividad, el pensar, el tener una idea. Igual te viene en una hora que en una semana, ¿verdad? Pero cuando ya tenemos la idea empezamos a desarrollarla, a hacer bocetos y pruebas. Pues te recomendamos que… ¡No los tires! Todas esas pruebas forman parte del proceso, fueron el punto de partida para llegar a la conclusión final. Así que, aunque fueran descartes, la mayoría serán una pieza crucial para llegar a tu idea final. ¿No crees que el cliente debería saber que no lo hiciste en diez minutos? ¡Demuestra el curro que te has pegado y la evolución de tu idea!
6. Haz de profesor: enséñale cómo funciona
Ahora que el cliente ya ha visto su marca, es hora de mostrarle todo el universo que la acompaña: colores, tipografías, iconografía… Además, aprovecha para educarle un poquito, enseñarle cómo funciona y cómo debe usarla. Total, que lo que toca ahora es enseñar el manual de la marca. ¿Porque has hecho un manual, verdad? El manual es una pieza esencial a la hora de entregar una marca. Es lo que determinará que cuando esta ya no esté en tus manos, se siga utilizando correctamente y no sea maltratada por el cliente cambiándole el color, la tipografía o haciendo un sinfín de versiones con el imagotipo aplicándolo cómo le venga en gana. ¡Cuéntale que su marca es tan buena que hay que respetarla!
7. Demuestra la versatilidad de la identidad: mockups y fotos
Ahora que el cliente ha visto la marca en todo su esplendor, falta ver sus aplicaciones. ¿Hiciste unas tarjetas? ¿Una papelería? ¿Un packaging? Siempre hay un mínimo a desarrollar después de la marca. Seguro que alguna pieza corporativa les ha hecho falta. Busca unos mockups de calidad o imprime unos prototipos para que el cliente las vea tan reales que las quiera si o sí. Y, eso sí, cuando ya estén impresas aprovecha para hacerles fotos antes de entregarlas al cliente, serán una joya para tu portfolio.
8. Se amable, haz un cierre simpático
Parece que ya estás acabando, pero… No seas grosero, nadie se va sin decir adiós, así que tú no puedes acabar sin más. Si lo haces a tu cliente le quedará una sensación un tanto extraña y poco positiva para ti, como de «¿y ya está?».
Por mucho que pienses «¿pero que más quiere?», el cliente siempre esperará más de ti. Cuando están dejándose el dinerito siempre quieren más (y cuando no, también). Así que para que tenga claro que has acabado, despide tu presentación de una forma simpática. Una buena opción es despedir con una foto graciosa que esté dentro del contexto de la empresa, una conclusión rotunda o, si no se te ocurre nada, al menos añade un simple «gracias» al final del proyecto.
Ahora ya no solo desarrollarás marcas estupendas, si no que sabrás cómo presentarlas de forma adecuada. Siguiendo estos pasos no te olvidarás de nada a la hora de mostrar tu trabajo y harás presentaciones de lo más completa.
Y tu ¿Tienes algún truco para presentar tus marcas? ¡Cuéntanoslo! Nosotros a la hora de hacerlas nos fijamos en el trabajo de los grandes, como Aaron Draplin, ¿no le conoces? Pues prepárate para flipar.
Gracias por este articulo!!!! me cayo del cielo
Esta estupendo tenia algunas dudas y pues con lo del cierre mas uno como cliente y como empresa siempre pregunta que mas se puede dar y la forma en como cuncluis de una forma no tan tosca me encanto.
No suelo comentar, pero han hecho un excelente trabajo con la explicación que realizaron GRACIAS
ME ENCANTO LO DIDACTICO DE ESTE BLOG
Me encantó el artículo!!!
Aprendí muchas cosas, ideas buenísimas que pueden hacer la diferencia!
Muchas gracias!!
Gracias!
Me ha encantado encontrarme esto a la 01:47h cuando, con muuuucho sueño, empezaba a maquetar la presentación de 2 propuestas de Imagen Corporativa.. ¡ MUCHAS GRACIAS!
Muchas gracias, excelente orientación.
Justo lo que buscaba, GRACIAS!!!
Gracias!, me has hecho recordar muchas cosas que habia olvidado, aoarte de que son unas ideas buenísimas que pueden hacer la diferencia!,
Muchas gracias!!
¡Gracias por el post! Me ayudó a recordar cosas y organizar de nuevo mis ideas para la presentación de una marca.